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- Sioux, diario de un indio -

Los Cultos

Me gustaría empezar hoy una serie de artículos sobre las subsectas. ¿Y que cojones es una subsecta? -se preguntaran Uds.- Pues una subsecta es un grupo de gente movidos por un mismo interés (como los sectarios), que generalmente siguen a un líder (como los sectarios) pero que todavía no han sufrido una comedura de coco tan peligrosa como los sectarios. Es decir, que son como los integrantes de una secta pero inofensivos porque todavía no han perdido del todo la razón.

Ya sé que puede parecer que el tema esta ya muy trillado, pero que le vamos a hacer. Igual soy capaz de aportar algo nuevo y todo, ¿quién sabe? En cualquier caso hoy quisiera hablarles de los Cultos (así, con mayúsculas)

Los Cultos son esos individuos / individuas que saben positivamente (creen) que su nivel intelectual y cultural sobrepasa ampliamente el de la media. Por este motivo no suelen perder el tiempo mezclándose con seres de un nivel inferior al suyo, lo que hace que se les suela ver en manada, bien en una exposición de pinturas, bien en un concierto de música contemporánea.

Los integrantes estándar del elitista grupo de los Cultos suelen ser de una edad madura, aunque no demasiado mayores. Digamos que sobre los cuarenta o cincuenta años. Por lo general son oscuras reminiscencias de los antiguos hippies que con un poco de suerte consiguieron sacarse una carrera y llegar a tener un empleo mas o menos bien remunerado, pero que no han abandonado aquella pose de rebeldía tan de moda en los setenta y tan desfasada en la actualidad.

Por ejemplo, el varón Culto suele ser un poco calvorote, pero se deja crecer el pelo por detrás para poder lucir una cola de caballo. Las gafas redondas al estilo John Lennon y la barba entrecana de unos cuantos días tampoco suelen faltar. En cuanto a la ropa, generalmente se le verá con jerséis dos tallas más anchas de lo normal (con el fin de ocultar la barriga y los michelines), pantalones de pana gruesa, una trenca y zapatos de cordones. Una gorra de marinero en verano es opcional.

La mujer Culta nunca va maquillada, y también suele vestir jerséis amplios (por el mismo motivo que el varón), faldas largas y amplias y botines de cuero marrón. Con el varón comparte el pelo recogido en una cola de caballo (aunque a veces lo llevan muy corto), las gafas redondas (la barba generalmente no, aunque se han dado casos) y sobre todo cierta expresión de vinagre en la cara que indica claramente que no se encuentran a gusto si no están rodeados de gente tan culta como ellos.

La ideología de estos sujetos suele ser más bien de izquierdas, o al menos eso es lo que dicen. Es muy probable que en las elecciones le voten al Partido Popular, pero eso es algo que –como muchos otros votantes- nunca admitirán, más que nada por una simple cuestión de imagen. Como complemento a la ideología política nunca falta una cierta tendencia a la ecología, aunque sin llegar a los extremos de otra de las subsectas de las que les hablare en su momento, los Verdes.

Además, en el caso de las mujeres también se promulga el feminismo más radical (en este caso los hombres Cultos se quedan calladitos), llegando uno a jugarse una agresión verbal –o incluso física- en el supuesto caso de que a uno se le ocurra dejar pasar delante a una de estas convencidas militantes al cruzar el umbral de una puerta, por poner un ejemplo.

Cuando más a gusto se encuentras estos especimenes y más interesante se hace su observación es cuando se juntan en una exposición de pintura, de fotografía o de cualquier otro arte. Entonces afloran sus vastísimos conocimientos sobre la materia e intentan por todos los medios alumbrar al pobre profano con su inmensa sabiduría.

En estos eventos nunca falta el líder al que me refería antes. Este líder es el que más sabe de todo y al que todos escuchan cuando se pone a contemplar un cuadro, por ejemplo, y al cabo de la media hora de silencio suelta lindezas tales como “La profusión de las tonalidades asféricas indican la subexposicion del ánimo minimalista de su pincel” para pasar a repetir el proceso con el siguiente cuadro.

Supongo –de esto no estoy seguro- que siempre habrá alguno de estos Cultos que piense “¿Pero qué coño me estas contando, imbécil?” pero que no se atreve a abrir la boca para no correr el riesgo de que le tilden de Inculto (si, también con mayúsculas). Eso sería lo peor que le podría pasar a un integrante de esta subsecta, que le tomen por Inculto. Por tanto, lo mejor es quedarse callado, asentir con la cabeza y seguir al líder en su periplo culturizador por la galería.

En cuanto a la música, es evidente que la opera es la reina, acompañada por la música de cámara, y por cualquier música clásica en general, que para eso es la más culta de las artes. En momentos de relax se les puede encontrar oyendo piezas totalmente incomprensibles de música contemporánea, en la mayoría de los casos de compositores japoneses. Y tal vez algo de jazz, que hace muy culto, o de rock sinfónico tipo Génesis o Yes. Pero créanme, esto es en el menor de los casos. La mayoría de los Cultos no lo reconocerían ni bajo tortura, pero adoran a La Década Prodigiosa porque les recuerdan las canciones de sus años mozos, y suelen tararear canciones de Georgie Dann en la ducha.

Para terminar, un comentario sobre su comportamiento con los que no pertenecen a su grupo: generalmente los desprecian y los miran por encima del hombro. En cualquier caso, siempre son los cultos los que más saben de todo, aunque se este hablando de informática y el susodicho no pase de usar el Word de vez en cuando.

Tristes ejemplares estos, sí. Como he comentado anteriormente, por lo general se reúnen entre ellos porque el resto de la humanidad no les hace ni caso, además de darles de lado para no tener que aguantar su infumable pedantería. Solo aciertan a encontrar compañía entre otros Cultos, por aquello de que solo los de su misma clase pueden entender su superior inteligencia. Penoso.

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