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- Sioux, diario de un indio -

Rodolfo Sanz de Hinestrosa y Fresnedillo. Presentación

Hola a todos, queridos lectores. Desde estas páginas intentaré en lo sucesivo contarles mis experiencias cotidianas.

Ante todo quisiera rogarles que no caigan en una depresión cuando sepan de mi alto nivel de vida y de mis extraordinarias virtudes, pues es evidente que si bien la perfección no existe, yo la rozo, y que no todo el mundo puede tener los privilegios de los que yo gozo. En fin, que a unos nos toca ser ricos y disfrutar de múltiples talentos, y a los demás les toca joderse. Lo siento.

Bien, comenzare por hablarles un poco sobre mi tema principal de conversación, o sea de mí mismo. Me llamo Rodolfo Sanz de Hinestrosa y Fresnedillo. Reconozco que el nombre es un poco largo, pero es el precio que hay que pagar por pertenecer a la clase alta. En cualquier caso, mi familia y mi circulo de amigos me llaman Fofi. Uds. pueden llamarme Don Rodolfo.
Madrid tuvo la suerte de verme nacer hace treinta y cuatro años, aunque realmente no aparento dicha edad, pues dedico varias horas al día a mi cuidado personal; frecuento el gimnasio, cuido de mi piel y cabello, e incluso hace pocos meses me hice un lifting y un pequeño retoque estético en los ojos, la nariz y la papada. Lo hice más que nada por sentirse uno en armonía con su propio físico, porque no es que me hiciera mucha falta, no vayan a creer.
Profesionalmente hablando, les puedo adelantar que ocupo un alto cargo directivo en un gran grupo de empresas, además de ser miembro de su consejo de administración. O sea, que soy el puto amo en el negocio. Y además, mi papá es el dueño del grupo, así es que en algún momento todo el negocio será mío, aunque en realidad tengo que reconocer que ahora ya hago lo que quiero, como quiero y cuando quiero.

No es que me guste mucho hablar de bienes materiales, pues me considero una persona más espiritual que material, pero no puedo resistir comentarles que vivo en un precioso chalet en la Moraleja, que tengo una casa en la playa en Marbella, que tengo tres coches, dos motos de alta cilindrada, y un yate con su correspondiente amarre en el puerto. En el de Marbella, claro.

Respecto a mi familia, poco hay que comentar. Mi padre -del que ya les he hablado antes- tiene setenta y ocho años y goza de una salud de hierro, el muy c... Bueno. Mi madre tiene sesenta y cinco, aunque a veces aparenta cuarenta (también ha pasado más de una vez por las manos del cirujano, claro)

También tengo una hermana mayor, Almudena, que esta casada con un sociata de los de chaqueta de pana (que pena de chica), y un hermano mayor, Arturo, para el cual no tengo palabras porque es la oveja negra de la familia. Pero como que me llamo Rodolfo que se va a joder, porque no va a pillar ni un duro de la herencia de papá.

Y por ahora nada más. Les dejo, que tengo una reunión de la junta directiva de una de las empresas del grupo, y después he quedado para jugar al paddel con el pres... eh... bueno, con un amigo. Hasta pronto.

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