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- Sioux, diario de un indio -

Ellas, las más bellas.

Hace muchos, pero muchos años, las discusiones entre un hombre y una mujer se solucionaban del siguiente modo: él le daba un garrotazo en la cabeza a ella y se la llevaba arrastrándola de los pelos. Fin de la discusión.

Por fortuna las cosas han cambiado mucho con el paso de los siglos. De la brutalidad del garrote se ha ido evolucionando paulatinamente hasta llegar a los actuales medios, algunos tan sofisticados como el bofetón con la mano abierta o el correazo en la espalda.

A lo que vengo a referirme es a que desde el principio de los tiempos la superioridad de los hombres sobre las mujeres se ha basado en el uso de la fuerza física, pura y llanamente. Esto ha llevado a la sociedad a girar siempre en torno a los hombres, dejando a la mujer en un segundo plano, metida en su rol de simple complemento dedicado a procrear, ocuparse de la familia y a ser el “reposo del guerrero”. Bueno, la historia ha demostrado que esto no siempre ha sido así, y que ha habido mujeres que se han mantenido en un segundo plano y han tenido mucho más poder en sus manos que los hombres que estaban delante de ellas ofreciendo su imagen al público.

En todo caso, podríamos hacer un ejercicio de imaginación y detenernos a pensar por un momento lo que hubiera podido ser de la historia de la humanidad si ésta nunca hubiera sido machista, sino de completa igualdad entre hombres y mujeres.

Cuando digo igualdad me refiero a disfrutar de las mismas oportunidades de opinión, formación y promoción que los hombres. Recuerden que hasta hace pocos años las mujeres no tenían derecho a voto en muchos países, y que el número de mujeres con estudios universitarios se está equiparando al de los hombres en los últimos tiempos, pero que hace unas décadas la proporción masculina era escandalosamente superior. Y respecto a la promoción lo que quiero decir es que ese rol segundón asignado a las mujeres no ha permitido en infinidad de casos el desarrollo de auténticos talentos femeninos en las más variadas actividades.

Bien, teniendo en cuenta los diversos rasgos que diferencian a ambos sexos, yo en mi humilde opinión (recalco lo de MI opinión) deduzco que nos hemos perdido:

- No hemos conocido nunca a una Adolfa Hitler, a una Francisca Franco ni a una Josefa Stalin. Por fortuna, porque sin duda hubieran tenido mucha más mala leche que los “originales”. ¿Por qué digo esto? Voy a responder rápidamente antes de que las lectoras pongan precio a mi cabeza. Tal vez sea por un mecanismo de autodefensa que ellas han desarrollado contra ese dominio de la fuerza física masculina, o tal vez sea por otro motivo, pero lo cierto es que las mujeres tienen mucha más mala idea y son más sibilinas y taimadas que los hombres. Personalmente prefiero tener como enemigo a un hombre que a una mujer. Por lo menos sé que en el primer caso como mucho me va a partir la cara o me va a denunciar en un juzgado, pero una mujer cabreada de verdad, con ganas de hacer daño y con tiempo para pensar es muy, pero que muy de temer. Y teniendo en cuenta que la mente de un hombre comparada con la de una mujer es más simple que el mecanismo de un chupete, no quiero ni pensar en las ideas que les podrían haber pasado por la cabeza de las individuas citadas anteriormente. Por cierto, se me pone el pelo de punta solamente de pensar en una Georgina Bush.

Una puntualización. Posiblemente algunos lectores no estarán de acuerdo conmigo cuando afirmo que la mente de las mujeres es más compleja que la de los hombres. Pues con todos mis respetos, piensen por un momento en sus parejas. Seguro que en la mayoría de los casos ellas los entienden a Uds. perfectamente, e incluso muchas veces parece que vayan un paso por delante ¿a que sí? Ahora piensen en todas esas ocasiones en que Uds. no han entendido ni media palabra de lo que ellas les estaban diciendo porque su capacidad de comprensión no estaba a su nivel y han pensado: “¿pero tan tonto soy yo que no la entiendo o que me pasa?.” Pues eso, ya esta todo dicho.

Bueno, sigamos.

- Tampoco disfrutaremos nunca de las composiciones de una Wolfgana Amadea Mozart, de una Juana Sebastiana Bach, ni de una Antonia Vivaldi, ni ya puestos de una Johanna Lennon o una Jimina Hendrix. Por desgracia nunca podremos escuchar las obras que estas mujeres hubieran compuesto y legado a la humanidad. La sensibilidad de una mujer puesta al servicio de la música, y contando con los medios y la tradición musical que probablemente no han podido disfrutar, hubiera creado autenticas genialidades, tal vez superiores a las creadas por los hombres.

- Lo mismo vale para otras artes. ¿Se imaginan lo que hubiera podido crear el talento y el ingenio de una Leonarda Da Vinci? ¿O la pluma de una Guillermina Shakespeare o una Stephanie King? ¿Se imaginan una Capilla Sixtina pintada por Micaela Angela? ¿O las genialidades de una excéntrica Salvadora Dalí?

- No hemos conocido nunca a una Alberta Einstein tampoco. Ni a una Severa Ochoa, Ni a una Stephanie Hawking, aunque sí hemos conocido a una Marie Curie. Lástima que tuvo que apoyarse en las relaciones profesionales de su marido, el también genial científico Pierre Curie, para desarrollar sus investigaciones, porque por sí sola no hubiese podido disfrutar nunca de los medios necesarios. Por suerte a ella sí se le reconoció su valía.

- Del mundo del deporte no podemos hablar mucho, porque la mayoría de los hombres, por aquello de nuestra constitución muscular, somos más fuertes (y más brutos) que ellas, y corremos más y saltamos más. Pero no nos vayamos a poner muy chulitos, porque no tenemos ni una parte de su capacidad de resistencia y sufrimiento. ¿Que no? Ya me gustaría a mi ver a muchos hombretones de pelo en pecho aullando de dolor pariendo a una criatura, o metidos en la cama tres días al mes queriendo morirse por culpa de la menstruación.

Se me quedan muchas comparaciones en el tintero, pero es que si sigo no acabaría nunca. En definitiva, que nunca sabremos como hubiera sido el mundo en estas circunstancias, pero en mi opinión, y repito una vez más que es mi opinión particular, el mundo sería hoy en día un lugar mucho mejor de lo que es.

Quiero dedicar este capítulo a todas las mujeres que a lo largo de la historia han sufrido o sufren por culpa de la estupidez, la ignorancia y la mala hostia de los hombres.

2 comentarios

Sioux -

Gracias el_espectador, me alegro de que te guste.

Sioux.

el_espectador -

Saludos Sioux, hoy he descubierto tu blog y me parece una joyita, me pasare de vez en cuando a leerte.