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- Sioux, diario de un indio -

Pedidos telefónicos

- ¡Riing! ¡Riing! Telepizza, ¿qué desea?
- ¡Magdalenas!, ¡no te jode!

Bueno, como chiste no es que sea genial, pero ilustra el sinsentido en que se convierten a veces las conversaciones telefónicas que sufrimos cuando llamamos a uno de estos establecimientos en los que reparten comida a domicilio.

A mí personalmente las llamadas que más me gustan son las que hago a un restaurante chino y a uno mejicano a los que acudo ocasionalmente cuando no me apetece pelearme con los cacharros de la cocina (es decir, a menudo). También llamo a veces a pizzerías y demás, pero comencemos por el chino, que es el más divertido.

Normalmente suele coger el teléfono un chino, nunca un español. ¿Que por qué? Pues no lo sé, la verdad. Lo único que se me ocurre es que necesitan que el chino vaya practicando el idioma de Cervantes, porque si no es así no lo entiendo. El caso es que normalmente mis conversaciones con el chino de turno del restaurante suelen acercarse al patetismo, pero que conste que los pobres chinos ponen toda la voluntad y paciencia del mundo (bueno, yo también le echo mis dosis de paciencia, que conste).

Así pues, una conversación normal, y sin exagerarles un ápice, sería algo así como esto:

- Lestaulante chino La Glan Mulalla, ¿qué desea?
- Buenas noches, queria el menú número tres para dos personas.
- Buenas noches, ¿qué desea?
- Sí, esto... queria el menú tres para dos personas
- Buenas noches señol, dígame su teléfono por favol.
- Mi teléfono, ehh sí, el nueve cinco seis...
- Nueve dos tles...
- No, no. Nueve cinco seis...
- ¿Pala seis pelsonas?
- ¿Para seis per... ? No, para tres. Digo... para dos. ¿Ya no quiere mi teléfono?
- No señol, aquí tenemos teléfono señol.
- Bueno, pues queria el menú tres para dos personas, por favor. Pero quisiera cambiar el pollo con almendras por pollo al limón, ¿es posible?
- No señol, porque eso es el menú cuatlo, y usted quiere el menú tles, ¿veldad?
- Si, vale. Pero es que el menú cuatro lleva sopa de aleta de tiburón como entrante, y yo quiero rollitos de primavera, que es lo que lleva el tres.
- Pelo menú tles con pollo al limón pelo con lollitos de plimavela es menú cuatlo, señol.
- Bueno, pues entonces quiero el menú cuatro pero con rollitos en lugar de la sopa, ¿de acuerdo?
- De acueldo. ¿Quiere pan chino el señol?
- Pues... si, vale, mándeme pan chino también.
- Sí señol. Menú seis pala tles pelsonas. ¿Algo mas?
- No, nada más... un momento, un momento. Es el menú tres... digo el cuatro, para cuatro... no, para dos personas, pero con rollitos de primavera.
- ¿Señol no sabe lo que quiele? ¿Por qué señol no piensa lo que quiele antes de llamal? ¿Necesitala cambio? ¿Cuál es su teléfono, por favol? ¿Quiele pan chino?

Al final, el pedido del restaurante llega a los cuarenta minutos, y éste consiste en sopa de aleta de tiburón, arroz tres delicias y pollo con almendras. Además el chino de la moto se pierde tres veces antes de encontrar mi casa y cuando llega me dice que he dicho mal la dirección, cosa que no es verdad. Pero por lo menos he contribuido a que el chino del teléfono practique un poco el idioma, que ya es algo.

Otro caso, el de los mejicanos. Uno de los platos que tienen es algo llamado “burrito flauta”. Es un burrito hecho con pollo, verduras, y salsa rosa, y esta bastante bueno. Lo malo es que le suelen poner una salsa roja que pica como el demonio, y que a mí particularmente no me gusta. Además, en la caja donde viene el burrito tienen la desagradable costumbre de incluir un poco de arroz de colorines que me parece malísimo, y que como se suele pegar al burrito por debajo me cuesta lo mío retirar.

Bien, pues la verdad es que no recuerdo cuantas veces he pedido el “burrito flauta” pero estoy completamente seguro de que todas y cada una de esas veces les he advertido de que no me pusieran ni la salsa ni el arroz, y todas y cada una de las veces me lo han puesto, tanto una cosa como la otra.

¿Y a quien me dejo? Pues claro, a la estrella del reparto de comida a domicilio, a Telepizza, paradigma de la efectividad y del trato al cliente:

- Telepizza ¿qué desea?
- Pues queria una pizza media...
- Dígame su teléfono, por favor.
- Si, claro. El nueve cinco seis, ochenta y siete, tal y tal, tal y tal.
- Un momento...

Pasan unos dos minutos. Por el auricular se oye el romance anónimo o Greensleves, depende del día.

- ¿Oiga? ¿Su dirección es Avenida de tal y tal numero 26?
- Sí, exacto.
- Me dijo una pizza grande. Dígame los ingredientes.
- No, una pizza mediana. Con champiñones, pimiento y cebolla.
- ¿Pimiento verde o rojo?
- Verde.
- Serán once con cuarenta. ¿Necesitara cambio?
- Pues sí, de veinte. Oiga, ¿hay alguna oferta hoy? (Nota: esto si no lo preguntas no te lo dicen)
- Si, con la pizza mediana le puedo ofrecer una pizza pequeña con los mismos ingredientes o una ensalada mixta o dos bebidas. ¿Qué prefiere?
- Pueeees... una pizza pequeña.
- Pero si pide un ingrediente mas le puedo ofrecer como oferta una pizza mediana con tres ingredientes y una bebida.
- Bueno, pues ponga doble de queso y mándeme esa oferta.
- Claro que si quisiera una pizza grande con tres ingredientes, la oferta es de una pizza mediana con los mismos ingredientes pero sin las bebidas.
- Bueno, también queria dos refrescos, pero prefiero la pizza grande.
- ¿Qué ingrediente le quitamos a la pizza?
- El pimiento
- ¿El verde o el rojo?
- Sólo tenia verde, pero ahora que lo pienso quítele el doble de queso mejor.
- Si son tres ingredientes sólo le puedo ofertar una pizza mediana.
- Bueno, pues una mediana, y dos refrescos de naranja.
- Si también quiere bebidas, como oferta con una pizza gigante...

Y así hasta la eternidad. Al final lo que mandan es la pizza mediana con champiñones, cebolla y pimiento verde, sin otra pizza ni bebidas. En fin. Comida rápida le llaman.

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